Leyendo empezamos a entendernos
martes, 30 de julio de 2013
Separación
jueves, 16 de mayo de 2013
Publicidad y género
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Relatos de una adolescente desencantada
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La historia me pasó por el costado, mis padres tienen 55 años, y la dictadura militar les mostró los dientes en la universidad, se escondían los volantes de las agrupaciones en la ropa interior y volvían corriendo a sus casas. Por suerte la clase del año 1956 y 1957, que corresponde a la promoción de mi padre, sorteó la colimba y la guerra de Malvinas lo encontró mayor para participar. Mientras algunos morían de hipotermia en las islas mis padres se casaban por Iglesia. Festejaron la democracia, y saliendo de la crisis económica de fines de los años ochenta nací yo.
Los noventa se llevaron a mis primos de 30 y 40 años a estudiar a Estados Unidos y a Europa, lamentablemente, cuando tuve la edad de pensar en la posibilidad de conocer otros países y hasta en la idea de estudiar allí, mis padres se encontraban en una situación de endeudamiento crónico, en el que al salir de un préstamo entraban en otro.
Así me despedí de la adolescencia, de crisis en crisis, viendo cómo el esfuerzo de treinta años de arduo trabajo de mis padres no era suficiente para llegar a fin de mes. Con ambiciosas proyecciones de futuro y pocas puertas para llegar a esas metas, hoy descreo de todas, o casi todas las instituciones del estado, no me aferro a ningún símbolo patrio y mis raíces sólo están en cada letra de la Renga y de los Redonditos de Ricota.
La muerte no modifica lo que en vida se realiza
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Resulta paradójico lo que sucede con las grandes figuras políticas, que logran después de difuntos generar un cambio en la percepción de mucha gente, que hasta ese entonces solo veía, o criticaba, los aspectos negativos de las medidas tomadas durante su gestión.
De todos modos, y a diferencia de aquellas mayorías que luego de criticar su gobierno, y el de su mujer, por casi siete años engrandecieron su figura a la hora de su muerte, yo sigo respetando las decisiones acertadas y resaltando los errores y los interrogantes acerca de los cuales su gobierno jamás dio respuesta.
El compañero Jorge Julio López fue tres veces desaparecido: en la dictadura militar, luego, durante el gobierno de Néstor Kirchner, y en la actualidad, en los medios de comunicación. Y el gobierno jamás pudo dar respuesta.
De modo que para este pueblo, no hay políticas, ni medidas progresistas que valgan con compañeros que desaparecen y mueren en manos de alguna fracción policial. Un gobierno, que desliga de su estado el accionar de su brazo armado como es la policía Bonaerense y Federal, y no interviene en los procesos de investigaciones judiciales “trabadas” , peca de hipocresía al alzar las banderas de los derechos humanos, y al sentar en sus palcos a Madres de Plaza de mayo.
17 de octubre: Surgimiento del movimiento peronista
Pero algo extraño sucedió ese día, desde el bar que está de cara a constitución notamos que a medida que transcurría la mañana entre, llegada y salida de tren, una muchedumbre de personas marchaban indudablemente hacia la plaza de mayo, todos los rostros eran parecidos: Mamelucos, y descamisados morochos y rubios caminaban eventualmente, con pancartas hacia la misma dirección, muchos solos, otros bajo banderas de su lugar de origen, o de trabajo.
El calor sofocaba y la muchedumbre no cesaba, múltiples columnas de obreros y obreras llegaban desde el conurbano, y desde diferentes puntos de la provincia, a clamar por el Coronel que se hallaba privado de su cargo y de su libertad detenido en el hospital Militar.
De modo que al entender la magnitud de lo que estaba ocurriendo, casi espontáneamente, no dudamos en apurar nuestro desayuno y marchar junto con el resto de los obreros, por la causa que nos unía a todos los argentinos trabajadores por igual.
La caminata se hizo amena, entre cantos y agitación, ya que se retroalimentaban nuestras energías al ver la tamaña manifestación que se estaba gestado, ya que ni el gobierno, ni nosotros mismos, podíamos creer lo que se dio aquel 17 de octubre de 1945.
Al llegar a la plaza la sorpresa fue mayor, ya que no había espacio en blanco visible, miles y miles de personas, formaban un conglomerado de cabezas negras, banderas y pancartas, cantando a unísono, sacándose los zapatos y refrescándose en las fuentes.
Metalúrgicos, peones, ferroviarios, trabajadores de los frigoríficos, hasta las costureras se encontraban allí haciendo acto de presencia por un mismo ideal, por la misma persona, por la misma doctrina, por el mismo proyecto de país, dándole origen al movimiento peronista.
¡Ese fue el peronismo! El que pasó a la historia, el que surgió de los engranajes de la base de la economía, el peronismo de los obreros, cuya lealtad trascendió a los libros y al mismo Perón.
miércoles, 27 de octubre de 2010
¿Qué parte no se entendió?
Se derrumba el Puente
Cuando los actos no se condicen con lo que la racionalidad aporta, es por entrar en contradicción con las emociones, que al fin y al cabo son lo único real que tenemos, aquello que sabemos que está allí por que lo sentimos, y determinan cada uno de nuestros movimientos.
Estas son las contradicciones que nos atraviesan diariamente, cada decisión, cada acción, esta supeditada a ellas.
El conflicto se presenta cuando las decisiones que llevamos a cabo , no se condicen ni con la mente, ni con la emoción que determinó que se ejecute tal decisión. De modo que la mente piensa A, el corazón siente B y el cuerpo hace C. Si bien parece no tener ningún sentido esta ecuación, es algo que sucede a menudo. La pregunta es por qué diablos uno no puede simplemente hacer lo que siente. No obstante, la respuesta cae al alma: muchas veces lo que uno siente, o necesita hacer para sentirse, no es lo que quiere.
¿Basta con decir? ¡Si quiero eso! ¡pero no así!. Y buscar una nueva manera.
No sé en qué momento pasó, pero de repente ya no comparto este código con nadie.
Parece utópico pensar en la posibilidad de llegar a un estado en el que todos puedan plantearse tanto a sí mismos, como hacia los demás, la necesidad de expresar libremente, ¡que excitantemente fantástico sería sobrevivir a esa experiencia!¡ Pero no así, no en estos términos ... con tus condiciones, esas tan horribles, y autoritarias, que no me dejan otro lugar en el mundo que no sea este. Un lugar carente de espacio en el que no puedo decidir absolutamente nada, un lugar de encierro en estas paredes, de las que si quiero salir salgo, pero para ello debo pasar por encima de tu cuerpo, o huir por la ventana.
Que fraguada me siento... La casa está desordenada y La cabeza también. Pero si no fuera por ese fuego adolescente que aún se encuentra encendido en su pecho, por su piel que no es la de la juventud, y sus cicatrices que me recuerdan cuanto camino nos separa, nada de esto estaría en duda. Cada pliegue en la superficie de su rostro, sin llegar a ser arrugas, denuncian cuánto le gusta reír y cuánto le gusta llorar. Su sonrisa que se ilumina en la espontaneidad con una caída de ojos, y un gesto complaciente dejan en evidencia que hasta el día de hoy no hay mortal que pueda mantenerse indiferente ante esos redondos ojos negros.
jueves, 7 de octubre de 2010
Una imágen de la dictadura
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbODvNIlm_XKTMR0amtgkjK3vlWJiUCKzEkjPYkSSBEd4HPs5TA4AVEFX-PRCWxh-jaaA_uJJ4cor3xIMei3z7Hgl8zlEMJtYNnshcaXYg5PnOmdEI9GhQfGcURjJzepBJ8HymvLaHYWA/s320/escanear0001.jpg)
A la hora de pensar en el golpe militar que sufrió la argentina en el año 1976 lo primero que viene a la mente del imaginario colectivo es aquella figura del desaparecido, ni vivo ni muerto, marca sellada a fuego en la identidad de nuestro país; como así también la lucha de las “locas de la plaza de mayo” circulando por la plaza central, alrededor del monumento, entre el cabildo y la casa de gobierno, justo al lado de la catedral de la iglesia católica; esos hijos que nunca volvieron, esos nietos que nunca pudieron conocer, cada derecho humano enterrado en cada fosa común de cada cementerio municipal. Y todo ello conjugado tratando de conciliar a un ser nacional, que no se consolidó con un mundial 78’ o una guerra de Malvinas.
Es por ello que retomo la imagen de las madres de plaza de mayo circulando alrededor del monumento, como máxima expresión de una lucha que signó y signará nuestra historia siempre. Ya que en ellas se refleja la organización por una causa común: El derecho humano, no es un hijo desaparecido, si no todos los hijos detenidos desaparecidos del país.
En ese sentido la visibilidad que adquieren las consecuencias de un proceso de violencia política y exterminio, cuyos efectos son directos y palpables, hicieron inexorable, la organización y toma de postura de aquellas madres y abuelas a quienes les arrancaron a sus hijos y nietos, la ausencia de 30 mil seres amados, políticos, militantes o no, adolescentes y adultos, aun hoy interpelan constantemente a nuestra sociedad y remueven en su fibra más intima. Por ello todos somos presos políticos de nuestra identidad nacional.